Memorias de un perro abandonado: No me llamo perro callejero

No tengo nombre, me dicen perro callejero y no entiendo porque me llaman así.

Vivo en la calle a la deriva bajo el sol inclemente y la fuerte lluvia, duermo en cualquier banqueta de plaza o bajo un lindo árbol que me cobije con su sombra, a veces me encuentro con buenos humanos que me dan de comer, agua y si tengo suerte me regalan una caricia.

Otras veces encuentro en mi andar humanos malos que andan enojados y si me atravieso en su camino descargan su rabia conmigo, me patean y causan dolor en mi cuerpo. No entiendo porque me maltratan, yo no les he hecho nada malo. Si el tiene un mal día teniendo casita, imagínate yo que estoy solo en el mundo y no tengo donde vivir.

Mi memoria perruna solo recuerda a varios igual que yo, alrededor de mi mamita, eran mis hermanos, nos colocaron en una caja de cartón y nos dejaron abandonados en una plazoleta. Algunos humanos que pasaban por el sitio se llevaron a varios de mis hermanitos...

- Que suertudos! Ojala estén bien.

Los demás nos salimos de la caja y caminamos, pero al tiempo nos separamos, no volví a ver a mis hermanos.

En la calle me encuentro a muchos como yo, son mis amigos y compañeros, abandonados a su suerte, la mayoría con la misma historia de la caja de cartón, deberían prohibirlas, así los humanos no tendrían como abandonarnos. Peleamos por la poca comida que encontramos en la basura, no me gusta reñir con mis amigos, pero tengo mucha hambre y debo sobrevivir.

Cuando veo algún humano comiendo en la calle, me siento a su ladito a ver si me da un poquito...

- Ehy! Yo puedo comer de tu comidita aunque sea un tantito.

- Por favor, es solo para calmar mi hambre. 

Con algo de fortuna logro llamar su atención y me dan algo de comer, y yo en agradecimiento muevo mi colita.

Camino largos trayectos sin rumbo fijo todos los días en busca de agua, comida y algún bonito árbol para descansar bajo su sombra. Me da mucho temor cruzar calles y avenidas. Los humanos andan acelerados, no tienen frenos o no me miran...

- Woooo! será tengo un super poder? Soy invisible! ... Luego recuerdo sus maltratos y me doy cuenta que no lo soy.

- Muchos de mis compañeros mueren atravesando las calles, los humanos no nos miran.

Cada día en mi recorrido veo millones de rostros humanos, anhelando un que alguno me lleve a su casita con ellos...

- Wooo! que gran sueño.
- Ehy! humano estoy aquí mírame.
- Quiero ser tu amigo por siempre.
- Ya no quiero vivir a la deriva.

Yo no decidí morar en las calles, a mi me obligaron. Deseo tener una hermosa familia que me ame y donde pueda estar seguro, un patio con un lindo árbol, niños con quien jugar, comidita, agua y un nombre...

No me llamo Perro Callejero y prometo entregarte todo mi amor incondicional y cuidarte por el resto de mis días.

Fuente de imágenes: Pixabay