El lenguaje que la humanidad está olvidando: la voz del corazón

La voz del corazón es un tema muy interesante y complejo que se ha popularizado en diversos medios de comunicación, portales de internet y el ámbito esotérico, pero que se suele tratar de forma superficial y a veces comercial, convirtiéndose en una tendencia que muchas personas usan para justificar sus acciones.

La voz del corazón no es solo una expresión romántica o una moda pasajera, es más profundo de lo imaginamos, es una forma de conectar con nuestra esencia, intuición y sabiduría interior. Sin embargo, no siempre es fácil escuchar la voz del corazón, ya que a veces se confunde con otras voces que provienen de nuestros miedos, creencias, expectativas o las presiones sociales.

El lenguaje que nunca debe ser olvidado

La comunicación es esencial y necesaria para la humanidad, sin embargo, la comunicación no siempre es fácil ni efectiva, muchas veces se ve obstaculizada por barreras lingüísticas, culturales o emocionales. Algunos proponen que la solución sería tener un idioma único, pero ignoran que hay un nivel de comunicación más profundo y universal, que todos podríamos usar si la recordamos: la comunicación del corazón.

Una forma de comunicación que trasciende las palabras y que se fundamenta en la conexión profunda entre los seres humanos es el lenguaje del corazón. El corazón no es solo un órgano vital que distribuye y bombea sangre en el cuerpo humano, sino también es un núcleo de inteligencia emocional y espiritual que nos permite sintonizar con nosotros mismos y con los demás.

Los científicos han comprobado que el corazón tiene neuronas que le dan la capacidad de autorregularse, pero también de enviar y recibir información a través de campos electromagnéticos. Esta información puede influir en nuestro estado mental, emocional y psíquico, así como en el de las personas que nos rodean. Por eso, el lenguaje del corazón es un punto de partida para una comunicación más fluida, auténtica y compasiva entre los seres humanos.

Un lenguaje ancestral

La comunicación que surge del corazón es diferente a la que se basa en el intelecto, pues, con el intelecto, creamos las palabras e imágenes guiadas por nuestros anhelos y planes conscientes. La comunicación desde el corazón es una forma de expresión que trasciende las palabras, las ideas y los pensamientos. En otras palabras, es una comunicación intuitiva y emocional que nos permite conectar con nuestro entorno de forma esencial, comprender la realidad y la vida de forma profunda sin recurrir al razonamiento ni a la lógica. Cuando comunicamos desde el corazón, nos abrimos a la esencia de lo que somos y de lo que nos rodea.

En nuestra lengua, el corazón tiene un significado simbólico que va más allá de su función biológica, porque representa la intuición, el sentimiento, la empatía y la conexión con los demás. Por eso, empleamos términos y frases como seguir el corazón, tener buen corazón, no tener corazón, etc.
No obstante, la comunicación del corazón no se fundamenta en las opiniones, creencias, los prejuicios y los deseos que provienen del ego y que a menudo confunden a la humanidad. La comunicación del corazón es una forma de conectar con la esencia de uno mismo y con quienes nos rodean, de escuchar con atención y respeto, de expresar con sinceridad y claridad. Quizás desde niños somos capaces de entender el corazón, pero pronto somos educados para desarrollar una comunicación verbal que nos aleja de los mensajes a través del corazón.

No se trata de menospreciar el pensamiento lógico y racional, que ciertamente es un recurso útil para crear y perfeccionar muchas cosas y para favorecer nuestra calidad de vida. El problema es que, por un lado, el intelecto de la mayoría de las personas no está bien desarrollado y cultivado y se ve influenciado por creencias y prejuicios que lo distorsionan y, por otro lado, las personas se ha olvidado la importancia fundamental que tiene la comunicación del corazón, el lenguaje sin palabras del que hablan tantas comunidades indígenas que han conservado los antiguos saberes.

La conexión maravillosa y profunda del ser humano  

A veces, sentimos algo que nos mueve a hacer algo, sin saber de dónde viene ese impulso. Eso es una señal de que hay una comunicación más profunda que nace del corazón. Algunas personas pueden percibir y seguir esas señales, y así se acercan más a entender con el corazón, a hablar desde él, pero no basta.

Por eso, en algunos métodos de meditación, es importante no solo calmar la mente lógica y racional, sino también lograr sentir desde el corazón la conexión con el entorno y con nosotros mismos, una conexión sin palabras, sin imágenes formadas por el anhelo consciente, sino más bien una conexión de trascendencia, de saber sentir el mundo que nos envuelve como algo unido a nosotros y no como algo ajeno a nosotros.

La comunicación verbal ha sido una herramienta útil para el desarrollo de la humanidad, pero también implica muchos desafíos de comprensión y por ende problemas de entendimiento. El lenguaje de las palabras es limitado e imperfecto, y no siempre refleja lo que sentimos o pensamos. A menudo, nos encerramos en nuestras propias ideas y creencias y no logramos abrir el corazón para entender a los demás de una forma más amplia e integral.